Las Autoridades

1 Tim. 2:1-4

Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

El tiempo pasa muy lento en cuarentena y tenemos tiempo para dar rienda suelta a cuestiones ociosas a las que muchas veces no prestamos tanta atención. En mi caso y creo que les ha pasado a todos, he tenido tiempo para ver TV y redes sociales.

Esa idea de la “aldea global” a la que pertenecemos, nos hace ver en tiempo real lo que sucede en distintos lugares del mundo, sus problemas, carencias, virtudes y fortalezas. Por cierto, todo mostrado por el lente del interlocutor de turno que hace el relato o la presentación de lo que estamos viendo, pre disponiéndonos a lo que se quiere comunicar.

El periodista, el youtuber, las personar que quieren marcar tendencia nos muestran el mundo, pero no es el mundo real, en realidad es su visión crítica y muchas veces muy ácida, la que muestra en su perfil o en sus imágenes.

Respecto de esto, quisiera que reflexionemos en nuestra capacidad para advertir si la información que nos llega es tan real o cierta, como la vemos. Muchas veces, las personas nos vemos motivadas a hacer críticas y a juzgar lo que se nos presenta y no se hace esta reflexión previa, de buscar antecedentes, de ponernos en el lugar del otro para saber cuál es la motivación que lo empuja a tomar tales determinaciones.

El lado más triste, en lo humano, es la cantidad de gente que se expresa con mucha violencia, para poder manifestar su punto de vista. Tristemente, muchos creen que entre más fuerte suenen sus palabras y más ácidas suenen, más contenido tienen y eso no es así. 

Nuestra sociedad ha perdido el respeto, se han traspasado demasiados límites, como el respeto a la autoridad, el respeto al que tiene otra visión política, el respeto al que tiene incluso otra fe, que es ateo, que cree en las conspiraciones y otras tantas cosas.

 

Preguntas de reflexión.

1.     ¿has notado cierta rabia inusual en el trato al interior de tu familia?

2.     ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste desafiado por las palabras de otra persona y eso te provocó rabia y frustración?

3.     ¿cómo manejas la frustración? ¿cómo la expresas?

Reflexión.

 

1. El apóstol Pablo nos insta “a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia”. Es decir, nuestra primera actitud hacia nuestros gobernantes, hacia nuestros líderes y hacia el prójimo debe ser siempre el respeto.

 

2. Aún nuestro trato hacia quien nos considera su enemigo, debiese ser el del respeto y amor. No existe tal oportunidad a la venganza, a la ira o al desprecio. Leemos en Romanos 12: 20 “Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.” Es decir, la palabra dice que tal persona se pondrá roja como un tomate, incrédula por el desafío que el amor puede provocar en ella.

 

3.     Continua diciendo el apóstol Pablo: “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”. Esto no es fácil, la tarea de un verdadero hijo de Dios está en amar a Dios con todo su corazón y a su prójimo como a ti mismo. Muchas veces, por nuestro sentido del orgullo, nos cuesta perdonar y reconciliarnos con el que nos hizo daño, pero piensa… ¿cuánto sentirías que el tal muriera y no tuvieras la oportunidad de desatar esa atadura que llevas en el corazón?. Yo le haría una recomendación, si tal es su situación: ore, dígale al Señor lo que tiene en su corazón y entrégueselo, pídale a él las fuerzas y descanse en su palabra y acepte que su cruz es muchas veces pesada y perdone de corazón. Luego, cuando ya te sientas sanado y libre, y te sientas gozoso de haber tenido ese tiempo de oración, haz lo siguiente: toma el teléfono y llama a esa persona. Pregúntale como está, como ha pasado estos días de cuarentena, y verás cómo tu corazón se sentirá sanado y libre de un sentimiento que no te pertenece, y que Dios no quiere que tú tengas.

 

4. Satanás vino a matar, hurtar y destruir.  Él quiere matar nuestras almas y que nos perdamos. Él quiere hurtar las bendiciones que Dios quiere darnos y finalmente robar el gozo de la presencia de Dios en nuestros. El quiere robar nuestra paz, nuestro gozo y la seguridad de nuestra salvación

 

5. Seamos sabios, respetemos. Oremos por nuestras autoridades, criticarlos es sencillo, estar en su lugar debe ser extenuante. Oremos por nuestro alcalde, por los gobernadores, por los ministros y el presidente. Es mucha tarea y ellos saben que la vida de otros dependen de sus decisiones. Respetémosles y oremos por ellos. Asumamos el camino de la virtud, no pretendamos que los demás toman decisiones siempre para hacernos daño. No, somos hijos de luz, vivamos en esa luz y comuniquémonos por medio de ella.

Es ésta manera y sólo de ésta manera, que  podremos obtener ésta promesa “de vivir quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad”

 

Romanos 13:1

El respeto a las autoridades Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él.

 

Proverbios 11:14

Sin dirección, la nación fracasa; el éxito depende de los muchos consejeros.

 

Mateo 12:25

Jesús les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y toda ciudad o familia dividida contra sí misma no se mantendrá en pie.

 

 

Escribir comentario

Comentarios: 0