La Enseñanza del Sembrador

 

Nuestro Señor Jesucristo, cotidianamente recurrió a un método muy sencillo de enseñanza: la parábolas. El método es simple y tiene que ver con la asociación de acciones naturales de la vida humana con enseñanzas profundas acerca del Reino de Dios.

Una de las más conocidas parábolas es la parábola del sembrador, donde el maestro explica los distintos grados de acepción de la Palabra de Dios en los corazones de las personas.

Ver: Mar. 4:1-8; 14-20; Mat. 13:1-23; Lc. 8:4-15 (ocuparé la lectura de marcos como guía).

Lógica de la Interpretación. La parábola relata la acción cotidiana de un sembrador que luego de haber preparado el terreno esparce la semilla con el fin de obtener el fruto deseado.

  • El sembrador por excelencia es Jesucristo, El Señor y Salvador del mundo. También pudiera aplicarse a los predicadores de la Palabra de Verdad.
  • El terreno simboliza a los corazones de los hombres y su condición.
  • La semilla es la Palabra de Dios.

Dios siembra su Palabra, pero el diablo siembra también la cizaña. (Ver Mat. 13:37-38). Esto puede representar a los hijos del mundo que no creen, ni temen a Dios y que serán parte del juicio final (juicio condenatorio).

Junto al Camino.

Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves y la comieron. (ver. 3 y 4)

El sembrador está trabajando, es una acción que revela que Dios siempre está en movimiento. la Alabanza "alaba a Dios" expresa: cuando el queda en silencio es porque está trabajando. Basta sólo esperar lo que Dios irá a hacer". Esto es innegable: Dios trabaja en la vida de todos los creyentes, a toda hora y en todo momento.

Un cristiano verdadero nunca deja de predicar, primero con sus actos (testimonio) y cuando es debido, no se avergüenza de predicar y hablar de lo que Cristo hizo en su vida.

Ahora bien, el Señor Jesús dice que parte de la semilla cayó en tierra no trabajada, junto al camino, donde luego viene Satanás y quita de la palabra que se sembró en sus corazones (ver. 15). 

Estos corazones son personas duras de pensamiento, confiadas en sus capacidades y no quebrantados. El orgullo les impide doblegarse frente a nuestro Dios grande y poderoso. Son presa fácil de diablo, porque el mensaje le es rápidamente olvidado, prefieren preocuparse de ellos mismos y confían en sus capacidades, más que en las cosas que Dios puede hacer en sus vidas.

¡Cuantas personas hemos conocido en ésta condición!, pero aunque parecen personas imposibles de doblegar... Cristo rompe las rocas, camina sobre las aguas y su mano se hace sentir sobre ellos, doblegando su orgullo frente a nuestro Señor que es todopoderoso.

En Pedregales - Tierra Rocosa.

Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía profundidad de tierra. (ver. 5)

La Palabra de Dios siempre impacta el corazón humano. El problema viene después de esto, y es que no siempre la respuesta de fe al mensaje trasciende a una vida cristiana como la que Dios desea de sus seguidores.

La semilla cae en pedregales cuando las personas se impresionan y aceptan a Jesús como Señor, pero al momento de las pruebas y dificultades, rápidamente se olvidan de Dios y de su Palabra. (ver. 15 y 16)

 

En Tierra con Espinas.

otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron,

y no dió fruto. (ver. 7)

El problema de ésta clase de terrenos es la falta de conversión y los muchos apegos del mundo. El corazón de estas personas pudiera ser un terreno fértil, pero son los muchos afanes que le impiden crecer conforme a lo que Dios quiere de cada creyente. Entre los impedimentos, el Señor destaca:

  • Los afanes de este siglo. El afán por las cosas del mundo.
  • El engaño de las riquezas. Las riquezas no pueden ser el objetivo principal de la vida (Ver. 18-19).

Todas estas cosas absorven el interés por buscar las cosas de Dios.

 

La Buena Tierra.

Otra parte cayó en buena tierra, y dió fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno (ver. 8).

La buena tierra representa los corazones de los verdaderos creyentes que han expirementado la gracia perdonadora de nuestro Señor Jesucristo. Estos son: tierra deseable, buena, profunda y limpia. Todo las características sugieren la ausencia de apegos del mundo, un crecimiento espiritual constante (como la semilla de mostaza (ver. 30) y una conversión verdadera.

¿Cómo podemos identificar a los verdaderos creyentes? la respuesta es sencilla: Por sus frutos. Ninguno puede llamarse cristiano y tener comportamiento de hijos del mundo. El apostol Santiago dice al respecto: la fe sin obras, es muerta en sí misma (Stgo. 2:17).

Existen grados de fecundidad que se sugieren: al 30 - al 60 y al 100%. Lo importante es que si se genera fruto, no frutos agrios de división y falta de sometimiento, sino de amor y comunión filial para con Cristo y su iglesia.

 

CONCLUSIONES

  • ¿Que tipo de Tierra eres tú?
  • ¿Eres una tierra deseable para Dios?
  • ¿Dios ha sembrado su Palabra en tu vida?
  • ¿Has dejado que Dios se muestre a los demás por medio de tu testimonio?
  • ¿Cuáles son tus frutos?

Todas son preguntas que exigen una respuesta.

¡Que Dios te Bendiga!